Manifiesto Friedmanista



Dr. Friedman
es un personaje mítico, una leyenda urbana, un rumor que trae el viento, un chajá que dice "chajá" pensando que le vas a afanar los pichones. Está en todas partes: desde la mancha de café con leche en tu cuaderno de apuntes, hasta el doblés blanquito de ese boleto de subte enterrado hace años en el bolsillo de aquella ochentosa campera flúo que ya no usas. Es la esencia filosófica detrás de la pelusa del ombligo, la fuerza que mueve a Yoda a hablar al revés.

Pero sobre todo, está ahí cuando gritás al viento "LA PUTA MADRE, PORQUE TODO ME PASA A MI?"

No solo te paso a vos. También nos paso a nosotros. También le pasó a ÉL.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Una breve explicación

Intro

Aunque me comprometí tácitamente hace un par de entradas atrás a abandonar en el desván mi estilo aburrido y frío, alejado de la experiencia cotidiana de cualquier ser humano de 20 años, recordé que necesito un reaseguro al que citar cada vez que se me acusa de comunista o fascista por igual frente a mis comentarios. Esa cita salvadora que tendrán o bien que tomarse el trabajo de leer, o bien cerrar la boca (por no decir el orto), es lo que me dispongo a redactar a continuación.

Nociones básicas de economía (neoclásica)

La economía es una ciencia embrionaria, una disciplina en la que se siguen discutiendo postulados elementales, cuyos análogos en otras ramas del saber están firmemente establecidos y raramente son sacudidos por mentes geniales (como el establecimiento de la geometría no euclideana del espacio-tiempo según Einstein a principios del siglo XX; o bien el despliegue del cálculo diferencial por Newton y Leibnitz en el siglo XVII). Esto es bastante común en las ciencias sociales, y en gran medida el descrédito asociado que tienen estas últimas desde la opinión pública procede de los errores groseros (y en general costosos) que se desprenden de tal condición infante. Es así como la economía navega entre el juicio fundado de los programas de estabilización fallidos de los ministros de economía nacionales (no sólo en nuestro país), o la psicología lo hace entre las anécdotas de sesiones vitalicias y carísimas de terapia que nunca llegan a un diagnóstico/rehabilitación final.

La resultante de todo este bagaje de contrariedades es que un licenciado en economía, por regla general, es irremediablemente incapaz de predecir cuantitativamente el comportamiento de su objeto de estudio. La gran mayoría (por no decir la totalidad) de las leyes económicas establecidas proceden de la retrospección minuciosa de hechos ya ocurridos, estando ausente la posibilidad de realizar experimentos cuantitativos de forma deliberada para poner bajo fuego las teorías en competencia. Esta es la puerta de entrada a un círculo vicioso, un empantanamiento intelectual crónico, en donde las visiones más diversas y desencontradas pueden "probarse" a partir de bases de datos históricas, mediante la selección sesgada del universo de hechos ya ocurridos, del conjunto más favorable de muestras respecto de cada posición (dentro de ciertos límites de honestidad intelectual y riesgo de bochorno). En definitiva, mientras que una hipótesis genérica en cualesquier ciencia natural puede ser descartada simplemente contrastando las predicciones que de ésta se deducen con los resultados de un experimento (sea éste tangible o intangible -como es el caso de la física teórica, o en las matemáticas-) en una ciencia social esto generalmente es imposible de llevar a cabo, puesto que los objetos de estudio son sociedades humanas que no pueden ser manipuladas a piacciere por el científico social.

Dicho esto, y haciendo honor al subtítulo del apartado, existen no obstante ciertas contribuciones a la teoría económica que han resistido el paso del tiempo, y que parecen tener un transfondo de certeza que se desprende del modelado de situaciones simples. Para comprenderlas sólo se requiere un poco de sentido común, y conocimientos de análisis matemático a nivel de panfleto.

Me refiero concretamente a la teoría marginalista del valor, de la cual se desprende la "ley de oferta y demanda" que cualquier nabo conoce. El marginalismo debe su nombre a la noción de margen, que aparece en todas las definiciones de conceptos económicos modernos en enunciados tipo "(....) de una unidad más". Sintéticamente, existen dos visiones de por qué valen las mercancías (e.d. cualquier cosa que se pueda incluír en una transacción): una que sostiene que los recursos que se invirtieron en su producción le dan valor -trabajo, capital, recursos naturales- y otra que apunta a que las cosas valen porque alguien las demanda con independencia del costo para traerlas a la existencia. La primera es la más antigua, propia de la época de Ricardo, Malthus y Marx (sí, de Marx) y se considera obsoleta; la segunda es la marginalista. Así las cosas, la sumatoria de los consumidores de una población genera una unidad total que, dado que sus ingresos son finitos, demandarán únicamente las cosas que consideran útiles, y esta es la génesis del valor. Las materias primas, el capital y el trabajo necesarios para producir las mercancías tienen a su vez valor únicamente porque las organizaciones las demandan para proveer tales mercancías al público; en ausencia de esa demanda no tendrían ningún valor, y por lo tanto no pueden ser la causa original de que las cosas valgan algo (puesto que se ingresaría en un razonamiento circular, inválido).

Semejante afirmación debería parecer sumamente razonable para cualquiera. Baste con considerar que materias primas indispensables hoy día eran inútiles, y casi no existía un mercado para ellas, hace tan sólo un par de siglos atrás. El petróleo se conoce desde la Antigüedad en el medio oriente, como fuente de betún para aglomerar rocas en caminos, y sin embargo no pasaba de ser un producto esotérico y de poca utilidad. Hoy día es la madre de un negocio de miles de millones de dólares, y el virtual sostén de nuestra civilización tecnológica.

En concreto, a una unidad poblacional de consumidores le es propia una función de utilidad que asigna un valor determinado a cada canasta de bienes según su composición (tipos de mercancías) y dimensiones (cantidad de mercancías). Los postulados básicos del marginalismo establecen que dicha función es monótona creciente, convexa y acotada superiormente respecto de todos los tipos de mercancías, lo cual puede traducirse como que una sociedad extrae mayor satisfacción cuanto mayor es la cantidad de bienes que posee, cualquiera sea su tipo, pero cuando tal cantidad crece indefinidamente los aumentos de utilidad van decreciendo con cada unidad adicional (marginal) hasta un valor prácticamente fijo. Para una mercancía A esto supone una curva de este tipo:

Función utilidad total respecto del bien A

Dado que la utilidad es la causa del valor, por extensión es la causa por la cual un individiduo está dispuesto a ceder algo a cambio de una mercancía (ceder algo que a su vez brinda utilidad, lo cual le da su valor). En un mercado formal, las transacciones en lugar de hacerse por trueque se hacen con un patrón o estándar -el dinero- por lo cual esta relación causal se traduce en que a cada valor le corresponde un precio en moneda. Finalmente, la curva de utilidad respectiva a la mercancía A puede reemplazarse por una curva análoga, que en el eje de ordenadas represente el precio total; la única diferencia entre las dos curvas es un factor dimensional de escala (e.d. una constante de unidades "$ / utilidad"). Dado que la utlidad no puede medirse directamente, la medición de los precios y las cantidades de mercancías demandadas resultan los únicos instrumentos que le permite al economista sondear esta variable básica.

Si se diferencia la función de precio para la mercancía A, lo que se obtiene es la derivada que representa "el precio que está dispuesta a pagar una población por una unidad más de A", que es directamente proporcional a la "utilidad que obtendría una población por una unidad más de A". Esta función es monótona decreciente y cóncava; recibe el nombre de curva de demanda y es una de las dos patas de la ley básica del ajuste de mercado:

Curvas de demanda

La otra es la curva de oferta y por el contrario, resulta ésta de derivar la función costo total respecto de la mercancía A. La función costo total es siempre creciente y no tiene cota; si uno imagina una fábrica produciendo latas de conserva, es evidente que si bien hay situaciones en las cuales producir 1.000 o 10.000 latas conlleva prácticamente el mismo costo en términos de trabajo, energía y capital (lo que redunda en un menor costo por unidad, debido a la mayor escala de la planta), el costo total siempre debe crecer, por menor que sea la tasa de crecimiento de los costos. La derivada de una función cóncava y monótona creciente debe ser siempre positiva; tal es el caso de la curva de oferta:

Curva de oferta genérica

Véase que si bien la curva de oferta es siempre creciente (y el gráfico presentado aquí es puramente ilustrativo) ésta puede tener picos y valles, según como varíen los costos de una unidad más (marginales) al aumentar la escala de la producción. Si se dan situaciones como la descripta en el ejemplo de la fábrica de latas de conserva, entonces la curva de oferta mostrará un valle (derivada tendiente a cero como resultado de una pendiente exigua en la función de costo total) hasta que el aumento de la escala tenga un efecto significativo sobre los costos totales, lo cual hará empinarse a la curva de oferta.

Lo que resta por explicar es el hecho conocidísimo del equilibrio de mercado, que es la maquinaria social detrás de la "ley de oferta y demanda". Este punto se alcanza cuando el costo de producir una unidad más de una mercancía iguala al precio que la sociedad demandante está dispuesta a pagar por tal unidad adicional; esto es, la intersección de las curvas de oferta y demanda:

Equilibrio de mercado

Se denomina punto de equilibrio porque cualquier "desplazamiento" en el precio/cantidad producida tiende a retornar a la posición inicial. En este punto, la utilidad obtenida por el conjunto de los oferentes es máxima, y cualquier otra cantidad a producir (ya sea menor o mayor) provocará una disminución en la renta. Ejemplo: supongamos que la producción se desplaza hacia la izquierda. La curva de demanda estará por encima de la curva de oferta, lo cual implica que se está dispuesto a pagar una cantidad de dinero por una unidad adicional que es superior al costo que tendrá para los productores proveerla. En este contexto, los productores intentando maximizar su ganancia, aumentarán la producción hasta que se agoten las posibilidades de maximización, el cual es justamente el punto de equilibrio. Aplicando un razonamiento análogo, resulta transparente que el mismo resultado se aplica a un desplazamiento hacia la derecha.

La realidad: hacia dónde va el capitalismo

Los mercados reales se comportan aproximadamente según el modelo marginalista, si bien con algunas diferencias groseras en cuanto a las crisis cíclicas (pero eso es otra historia). En general se puede concluír que en el largo plazo los mercados cumplen las condiciones marginales de equilibrio, no así en el corto, lo cual da lugar a fenómenos de desviación del equilibrio que únicamente pueden ser contrarrestados por la acción de un tercero; posición que cumple una organización de carácter público (el Estado). De cualquier forma, este tipo de acciones correctivas revisten únicamente un valor coyuntural, no permanente, y así las cosas, normativamente se espera que los programas de estabilización gubernamentales se apliquen durante crisis que el sector privado no es capaz de resolver por sí miso, y que dicha intervención se retire una vez reestablecido el funcionamiento regular de los mercados. Cualquier otra interpretación es ajena al análisis económico y pertenece al triste mundo del populismo.

Sin embargo, hay que reconocer que los mercados y las transacciones en dinero u otros instrumentos financieros son propias de un sistema económico que desde un punto de vista histórico es bastante reciente. El capitalismo tiene alrededor de tres siglos, y únicamente durante el siglo XX alcanzó proporciones planetarias. Previamente el mundo se desarrolló bajo sistemas feudales y esclavistas, donde no existía el ahorro como vehículo de inversión, las transacciones en moneda eran poco frecuentes y reservadas a nichos específicos (como los bienes de lujo utilizados por las élites, prendas de seda, vajillas de plata, etc) y la propiedad privada no existía como tal, sino que estaba sometida a la discreción de la autoridad político-militar regional (emperadores, faraones, o bien clérigos, reyes o nobles). La evolución de un sistema a otro y la confluencia de los modos de organizar la producción a través de unidades reconocidas por la ley (e.d. jurídicamente, como la empresa moderna) son el motivo de estudio y la mayor contribución de Karl Marx a la disciplina económica.

Estructuración de un sistema económico

Sintéticamente, Marx reconoce que todo sistema económico se escalona entre una infraestructura de carácter tecnológico, que define las alternativas generales de cómo y qué producir, y una superestructura de naturaleza sociocultural, que comprende el conjunto de instituciones políticas y jurídicas que le dan una forma concreta a las relaciones que entablan los miembros de la sociedad para producir, según las posibilidades establecidas por la infraestructura. Por ejemplo, en un sistema esclavista la infraestructura está dada por el conjunto de tecnologías de tipo pastoril y de manufactura manual, que permiten generar un excedente de cosechas agrícolas y pequeñas cantidades de metales, cerámicos y textiles, principalmente de subsistencia; por otro lado, la superestructura está dada por la condición de esclavo y amo socialmente reconocida, que distribuye los roles de productor y protector de las unidades productivas (fincas y granjas), así como el aparato militar de conquista que mantiene la oferta de esclavos y tierras de labranza, y la autoridad religiosa que legitima todo el sistema con la idea de una voluntad divina que demanda sumisión.

Estamentos sociales del sistema feudal

Las sociedades establecen contactos entre sí, intercambiando conocimientos y formaciones culturales propias, lo cual disemina a su vez los modos de producción (cuplas infraestructura/superestructura).

Más aún, la estabilidad de un sistema económico depende de la armonía de los factores que determinan el modo de producción. Todo sistema tiene como mínimo la necesidad de autorreplicar su modo, y esto implica que se deben seguir utilizando las mismas tecnologías, y las relaciones entre productores y consumidores deben permanecer inalteradas. Dado que las relaciones sociales propias de la superestructura se adaptan a las condiciones impuestas por la infraestructura, y no al revés, se desprende que todo sistema económico perece cuando se agotan las posibilidades de adaptación de las primeras respecto de variaciones en las segundas.

El motu que determina una variación en la infraestructura es el progreso tecnológico de la sociedad, un fenómeno de carácter netamente cultural, y éste es el quid de la cuestión. En palabras de Marx: "Un estado social jamás muere antes de que en él se hayan desarrollado todas las fuerzas productivas que podía encerrar. Nuevas relaciones de producción, superiores a las antiguas, no ocupan su lugar antes de que sus razones de ser materiales se hayan desarrollado en el seno de la vieja sociedad". La genésis del capitalismo en Europa Occidental a partir del fin de la Edad Media, se debió a una confluencia de avances tecnológicos en navegación a larga distancia (aumento del calado de los buques, uso de brújulas, apertura de rutas comerciales interoceánicas, etc), y posteriormente el desarrollo de los motores térmicos, bajaron los costos de la manufactura y de colocación de mercancías. Todo ello motivó el despliegue en gran escala de las transacciones en moneda de oro y plata (cuya acuñación se volvió frenética en el viejo mundo luego del descubrimiento de América, y la subsiguiente explotación colonial de las minas de metales preciosos), la creación de instituciones bancarias, la contratación de personal asalariado, etc; e inspiró iniciativas políticas en relación a un aparato jurídico burgués dedicado a la protección de la propiedad privada, la reglamentación de mercados organizados precariamente y la normalización de las figuras jurídicas como la sociedad anónima. Llegando al siglo XX, este modo de producción acabó desplazando todas las demás formas de organización económica previas (pastoril, feudal, centralizada) y hoy día se encuentra globalizado, sintiéndose su influencia hasta en los lugares más recónditos del planeta.

Sin embargo, así como sistemas económicos previos sucumbieron al avance del capitalismo, éste probablemente se agote en el futuro.



En qué se inspira semejante predicción? Pues, como Marx previese allá por el siglo XIX, existen tendencias objetivas dentro del capitalismo que harán imposible la perpetuación de su superestructura jurídica, la cual se desarolló precisamente para adecuarse a un tipo de infraestructura tecnológica particular (aunque ha sido mucho más flexible que sus predecesores en este sentido). Pongamos como ejemplo la propiedad privada. El hecho que una organización pueda vender lo que produce y brindar una ganancia es lo que la mantiene con vida; y para lograrlo, debe asegurarse de:

a) Proveerse de materias primas (compras a proveedores), capital (créditos, o emisiones de acciones o bonos) y trabajo (personal) para producir. Esto supone que una vez pagados los servicios de los factores productivos mencionados, éstos cumplirán con lo estipulado en los contratos. Si tales derechos son violados (ej: si se ha cerrado una cuenta al descubierto reteniendo las disponibilidades, o no se han entregado los insumos según condiciones estipuladas, o sea han producido destrozos intencionales dentro de la planta) se puede recurrir siempre a la fuerza pública, que mediante la amenaza de la violencia puede forzar el cumplimiento de los contratos y el respeto de la propiedad privada. En general esto no es necesario, dado que la amenaza basta para condicionar el comportamiento de los participantes del mercado.

b) Colocar su producción entre sus clientes. Para ello se debe asegurar, suponiendo que exista una demanda genuina del producto, de que éste se distribuya sin perjuicio a su calidad y que el riesgo de pérdida o extravío sea mínimo. Para evitar esto último, se debe evitar la posibilidad del robo del activo corriente de la empresa hasta ser liquidado, lo cual nuevamente depende de la fuerza pública.

Resulta imprescindible, así las cosas, de una adecuadamente financiada fuerza de orden que proteja la propiedad privada y fuerce el cumplimiento de los contratos, para que una organización moderna pueda subsistir. Estas fuerzas de coerción tienen no obstante un costo; en general, se trata de los tributos en forma de impuestos que constituyen los ingresos corrientes del Estado, aunque también pueden incluir servicios de seguridad privados como costo adicional.

Sin embargo, qué sucedería si el costo por unidad de proteger la propiedad privada superase por mucho el valor del producto a proteger? Supongamos que, debido al progreso tecnológico aplicado, la curva de oferta del bien A adquiriese ganancias de escala sostenidas, de manera que sus costos unitarios resultasen despreciables frente a sus costos fijos. Si la curva de demanda no se modificara, entonces el precio de equilibrio sería inmediato a cero, la cantidad producida tendería a infinito y la utilidad total de la sociedad debida al bien A, al valor asintótico que constituye su cota superior. Ahora bien, si en estas condiciones se le agregase a la curva de oferta el componente en el costo unitario debido al servicio de protección de la propiedad del mismo, un costo que no ha bajado al mismo ritmo que el costo variable unitario de cada unidad de producto, el nuevo precio de equilibrio será mayor, las cantidades producidas, menores, y la utilidad total de la sociedad debida al bien A sería menor a la técnicamente factible.

Es aquí donde aparece el agotamiento de la superestructura, o bien, de su incapacidad de adaptación. Al no poder bajar los costos de protección de la propiedad privada al mismo ritmo que el resto de los costos de producción, acaba por ocurrir que la sociedad estaría mejor como un todo si no tuviese que proteger dicha propiedad, si fuese posible llevar a cabo la producción de algún modo distinto, menos oneroso. La propiedad privada acaba por agregar costos innecesarios al aparato productivo: un lastre estrictamente debido a la superestructura. El capitalismo, al financiar el avance tecnológico, crea constantemente posibilidades de economizar por aumentos en la escala, planchando la curva de oferta y empujando hacia cero el costo variable de cada unidad de producto; sin embargo, este desarrollo formidable de la capacidad productiva se enfrenta al encarecimiento relativo del aparato jurídico a través del cual la empresa vende, compra y se financia.

El encarecimiento relativo de la propiedad privada y la superestructura del capitalismo no es ciencia ficción: de hecho ya está ocurriendo. Los sectores informático, multimedia y editorial están enfrentando grandes dificultades desde hace años para colocar sus productos. La curva de oferta de cualquier pieza de software está casi totalmente planchada: una vez compilados los algoritmos y la interfaz con el usuario -lo cual requiere los servicios de un equipo profesional de programadores y artistas gráficos-, puede producirse una cantidad casi ilimitada de copias del mismo a un costo despreciable en términos de consumo eléctrico y ciclos de computación, mientras que el costo de mantener el copyright asociado a éste para una compañía resulta extremadamente alto (y lo que es peor, a pesar de sus esfuerzos, generalmente no consiguen evitar la distribución ilegal de su producto, sobre todo si resulta de uso masivo). Lo mismo ocurre con las discográficas, y con los diarios y agencias de noticias.


Tal vez se pueda objetar a esta conclusión el hecho que el nivel de producción que puede alcanzar la industria del software sea muy superior al que, aún en el futuro distante, podrán exhibir los sectores de producción de bienes tangibles. Por ejemplo, el sector agrícola, que está limitado por la disponibilidad de tierras cultivables y la eficiencia del proceso de fotosíntesis con el cual las plantas verdes fijan una proporción ínfima de la luz solar en forma de hidratos de carbono, parece tener límites insuperables a los aumentos indefinidos en la escala. Si bien la crítica es razonable, también lo es el destacar que la tecnología no sólo modifica la manera de producir, sino también la de consumir. Posiblemente, las limitaciones biológicas que presenta el ser humano en cuanto a expectativa de vida, deterioro físico, vulnerabilidad y costo de la alimentación conducirán a una transformación del consumidor mismo, lo cual destruiría ciertos sectores de la economía (como la agricultura) si éste pudiese obtener el mismo servicio de otra manera, con mayor potencial de reducción de costos vía aumento de escala (como la energía eléctrica).

Sin embargo, es evidente que en la mayoría de los sectores actuales la problemática de los medios informáticos, no es compartida. El costo de la protección de la propiedad privada es bajo respecto de los demás costos de estructura, y desde luego, los costos variables no son despreciables. Este es el motivo por el cual, pese a quien le pese, al capitalismo probablemente aún le quede bastante tiempo de vida.

No obstante ello, cabe la pregunta: ¿Qué tipo de sistema económico podría sustituír al capitalismo? El problema en sí, llegado el momento, se encontraría en la naturaleza atomística de la producción y el consumo, que impele al sostenimiento de la propiedad privada por fuerzas de coerción con costos relativos crecientes. Esa superestructura en algún momento se volverá obsoleta, siendo reemplazada por otra más adecuada la hiperproducción automatizada y la provisión de servicios a través de la explotación profunda de las TIC's. La solución está en una transformación hacia una producción y consumo públicos; así las cosas, los servicios se brindarían a toda la población, que los consumiría como si pagase una tarifa plana. Los recursos productivos serían también de propiedad pública, y la gestión de tales redes de servicios se financiaría colectivamente. Desaparecería, así, la << venta >> como evento económico.

Semejante sistema socializado no necesitaría de un conjunto de iluminados revolucionarios para imponerse, sino que según las mismas palabras de Marx, la extinción de las viejas relaciones de producción abrirían paso a las nuevas debido a condiciones objetivas, relativas en última instancia al desarrollo tecnológico. El capitalismo seguirá su marcha, pero tarde o temprano se agotará, situación que no dependerá de ningún grupo político en particular, ni deberá ser enterrado por nadie, sino que la humanidad toda lo irá cambiando, a un ritmo lento pero constante, en su marcha hacia el progreso. Así que pueden cerrarse los partidos comunistas en todo el mundo; tanto más pronto comenzará la transición al socialismo cuanto más extensamente se despliegue el capitalismo a nivel global.

PD: dejo un video, bastante mal narrado por cierto, del filósofo P. Feinman sobre la posición procapitalista que expresa Marx en el Manifiesto Comunista.
Queda claro que:

a) Unir a Bolívar con el "socialismo" (a la Chávez) es totalmente incoherente con la prédica de Marx, tanto como otras manifestaciones indigenistas a la Evo Morales, o tanto otro barbudo que anda dando vuelta por ahí (de hecho, en ningún país del mundo existió jamás un sistema socializado como el que se supone sustituiría al capitalismo, ni en Rusia, ni en Cuba, ni mucho menos en Venezuela). El resto son ensaladas ideológicas que son poco más que sin sentido;

b) Feinman está en contra de Marx

 

martes, 9 de noviembre de 2010

Time


Tiempo. Es uno de estos dias que desearia que los dias tuviesen 48 hs. O que existiese el dia Osvaldo. El tiempo es una variable que se me esta extinguiendo con el correr de los dias.
Este mes se esfuma rapidamente; practicamente perdi mi vida social, por cuestiones laborales (a.k.a. cambie de trabajo, por uno con todas las de la ley, incluyendo contrato) y se me nubla el panorama. No puedo balancear la facu, el trabajo, mi vida, los quehaceres y el boludeo, especialmente la primera, que se me esta complicando.
Tal vez es medio animal, si hacemos cuentas:
lunes a viernes, salgo a las 7 am y aparezco con vida (si no contamos retrasos de trenes) a las 21.30
Sabados pierdo medio dia tambien. Y mi vida donde quedo ?
Estos ultimos meses supe ver crecer mi vida; conoci un monton de gente copadisima, hice nuevas amistades, me desligue de algunas personas (a pesar del dolor), tuve encuentros cercanos del tercer tipo (?), incluso amagué con encontrar el amor. Y todo esto adonde va a parar ? Tambien todas las actividades que tenia planeadas hacer (pendientes "arco y flecha", Ingles, el tratamiento dental con aparatos) iran al archivo, como una sutil anecdota para recordar.
Incluso un verano con ahorros he perdido, pues las "vacaciones" ahora no existiran, y me queda (por tercera vez consecutiva) un verano laburando, y seguramente estudiando para algun final (y no olvidemos Fisica, y la posibilidad de curso de verano. MI KARMA)

Hasta que punto (y esto mereceria un profundo analisis) valen la pena los cambios ?
Dejar cosas atras, por ver un horizonte a futuro.. Pero cual es mi horizonte ? Hacia donde voy, a que apunto ? Creo que lo planeo dia a dia, mas por incertidumbre que por "vivo la vida".
Crecer, madurar, independencia, y derivados empiezan a voltear por la cabeza.
En fin, solo tengo a priori 2 objetivos a corto plazo. Veremos que sale. Y si no, no se va a morir nadie.

Dejo el tema que da titulo a esta entrada, que en realidad me acorde por el nombre nomas. No es que la letra no me inspire, pero si debo admitir que los acordes fluyendo me permiten olvidar un poco todo esto.





OffT: Mencion especial a Nala, mi querida perra, que este noviembre me abandono tras casi 12 años. Nunca te voy a olvidar.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

That's posmo show!

Qué es ser feliz? Parece una pregunta simple, evidente, boluda si se quiere; uno evoca la sensación y automáticamente la interrogante planteada parece el fruto de un acto de infantil ingenuidad, una frase que únicamente podría salir de la boca de un nene con las rodillas embarradas y la cara cachetona sucia de chocolate.

Lo mismo podría pensarse si uno preguntase: ¿Qué es el rojo? ¿Qué distingue al rojo del verde? ¿Qué es la nada?

Se trata de cuestiones básicas, pilares de los cuales pueden derivarse otros conceptos como la nitidez, la saturación, la dimensión, la angustia o el placer. Uno no piensa en tales preguntas, no se plantean: simplemente se aceptan como verdades evidentes que se reconocen por la experiencia. Y es así -por la experiencia- como sabemos qué es el rojo y qué lo distingue del verde. O al menos eso creemos.

Haga la prueba: trate de definir "rojo" sin usar la palabra color ni el nombre de cualquier otro color en particular (como el verde). Eso sí, abandone la idea de una respuesta elegante o simple, o de unir el concepto al proceso físico que lo desencadena: el "rojo" no es una radiación electromagnética (un tipo de luz), sino que la interacción de tal radiación con la retina es la que genera la sensación de "rojo" en la corteza cerebral. El "rojo" es una percepción humana, un atributo virtual, no un objeto real.

La felicidad será también una percepción humana, subjetiva, una reacción personal independiente frente a una realidad imparcial? Puede que sí, pero al ser uno mismo un ser humano la respuesta quedará indefinidamente en tinieblas. Parece ser que hay motivos para ser feliz o no serlo, es decir, la realidad puede ser generosa o tacaña en cuanto al éxito personal (todo quien haya conocido la frustración de esforzarse para conseguir algo y no obtenerlo sabe que la voluntad no lo puede todo, que hay cosas que dependen de la suerte) pero también puede que tales motivos no existan más que en la mente de cada uno. Es posible que nuestra cabeza recuerde selectivamente ciertos hechos y olvide otros, y que la frecuencia de eventos agradables recordados con respecto a los desagradables (recuerdos independientes del capricho azaroso del universo) determine lo que llamamos suerte. Y en consecuencia, de esa esquiva sensación de felicidad.

No creo que haya una respuesta definitiva, pero pensar en la felicidad (o en su falta) como una cuestión subjetiva, anímica, puede ayudar a relativizar internamente las teorías conspirativas de "todo el mundo está confabulado contra mi" y "todos tienen a alguien menos yo" que tienden a asomarse en momentos de depresión. Esto es importante porque la mala suerte es motivo de charla, pero la buena no: todos echamos culpas al mundo por los fracasos, pero los resultados satisfactorios los atribuímos a nuestro esfuerzo o capacidad innata, no al azar.






El cuadro queda completo (aunque sin conclusiones, que no las hay): ni la mala suerte es culpa de la ingratitud del mundo, ni la buena suerte es un invento de los envidiosos de nuestro éxito, sino que siempre se pasan por alto razones para sentirse realizado -tanto como el azar influye poderosamente en que existan motivos para sentirnos felices-.

lunes, 9 de agosto de 2010

Entre la Duda y la Incertidumbre

"Amigos son los que te apoyan Bajo el sol o bajo de la lluvia ¡Si!.. Sonrisa sin fin; Es como será.." O no.
Que bizarro ponerse a pensar, y recordar esa cancion.
Pongamonos a pensar un ratito. Un amigo, esta en las buenas, y.. en las malas ? Si asi no fuese, no seria un amigo. Uno no espera; perdon, mas bien, espera ciertas actitudes, demostraciones de amistad. Cuando la cosa se pone brava (aunque sea levemente) ver que esa persona esta ahi. Que no es un palabrerio de la boca para afuera, que no me vas a fallar, asi como yo no planeo hacerlo.
Como puede ser, entonces, que ante la primera de cambio, se borren ? No todos, mas vale, este mensaje sera unidireccional, pero sin nombre, a quien se quiera hacer cargo, a quien deberia hacerse cargo, pero bueno, tenemos interpretaciones distintas de la amistad, o no ? Esa fue la justificacion que amague a leer, porque no pienso escuchar excusas, y leerlas, menos.
Salimos juntos, vamos a X lugar, vos entras y yo no. Que es lo primero que se te cruza por la cabeza ?
El que esta afuera "uh, que bajon. Vine y les cague la noche". Y el que entro ? Ah, aca entra en juego la percepcion de amistad. Lo que yo considero una persona razonable diria "uh, se quedo afuera. Salgo, y vemos que hacemos". No tan literal, pero en lineamientos generales, es asi.
Tal vez no tengamos un plan de que hacer; tal vez estemos lejos de casa, no tengamos monedas, no tengamos plata ni que hacer. Pero estamos juntos, o no ? Es lo importante.
Asi y todo, por 2da vez en mi vida, me cruze con una persona que no, que penso en "la joda" de X lugar (aunque no lo admita y me tire cualquier otra excusa) y bueno.. Despues contame que tal estuvo no ?
Por suerte no todos son asi, por suerte hay personas que priorizan que estemos todos juntos, amigos, en las buenas y las malas, incluso gente que uno no se lo esperaba (debo admitir, me lleve una sorpresa con alguna persona) y salieron. No todo el mundo es falluto.
Pero que lastima que haya fallutos. Y doble lastima, es la 2da vez que me cruzo en esta situacion, y no me gusta para nada. Sobre todo, porque no me lo esperaba. Porque uno piensa "que linda amistad, que lindo bla bla, que copado"
Y el mundo, una vez mas, no es de colores de rosas.

"no es quien seas en el interior, son tus actos los q te definen"
Batman Dixit (Gracias Fede por hacerme acordar)

Tema aparte, para tocarlo nomas de pasada, para "rozarlo" tenemos otro tipo de cuestion.
La mentira. Por que ? Que pasa si te enteras de algo "por casualidad" que no te gusta que pase ? Y peor, cuando contrastas con otra persona, te dice "no, que nada que ver" y bla.
Es decir, la palabra de uno contra la del otro. Y Uno en el medio. Y que hacemos ?
Ah, demos el beneficio de la duda, tal vez ? Por ahora es lo que hago, aunque me molesta esto.
Es decir, no tanto lo que uno se entera en si, sino de no saber que paso realmente (y que va a pasar), esa duda que te molesta. Y obvio, que haya gente que mienta, dispuesta a joderte , o divertirse y tal vez no se animen a retractarse, o peor, de que todo sea verdad y no pueda verlo claramente.
Es algo que me da vueltas (y seguira dando) en la cabeza..
Por un largo rato.


P.D.: El titulo es meramente metaforico, no hace falta que me corrijan :P

miércoles, 21 de julio de 2010

Politics

(DISCLAIMER: La siguiente entrada expresa únicamente las opiniones personales e irrelevantes del mono, quedando totalmente excluída intervención alguna del viejo en su confección y/o motivación intelectual. Asimismo, el riesgo de que el contenido pueda chuparle un huevo, señor lector, es lo suficientemente elevado como para que, de ser ud., fuese prudente en continuar leyendo. Avisado está)

Estoy bastante harto de las opiniones infundadas de gente con más lengua que cabeza. Es un hartazgo general, sí, pero hablando en particular, siento una especial repugnancia por la irresponsabilidad con la que se lanzan barbaridades en temas como la política o la economía. La verdad es que se vive en un país donde la honestidad intelectual de los columnistas mediáticos no existe, donde se repiten frases cliché de los años '50 como si tuviesen alguna relevancia (estrictamente hablando, tampoco la tuvieron en los '50, pero menos aún hoy), donde la población cae una y otra vez en las "explicaciones" someras y superficiales que ofrecen las alternativas caudillezcas de turno sobre el mundo en que se vive, sobre la causa de las dificultades macro y las "soluciones" que se venden como chipá.

Vayamos a los bifes. Para la persona común, las nociones de derecha e izquierda se corresponden con los estereotipos a los que nos tienen acostumbrados nuestros aggiornados partidos setentistas, con esqueletos ideológicos que se remontan a la década de los '40 y '50, y de cuyas pútridas osamentas aún perduran los ecos culturales de identificación en el quién es quién. Ser de derecha en la Argentina es ser liberal en lo económico (que vendría a ser en el imaginario popular, quitar subsidios y transferencias de dinero a los pobres -negros- que el Estado ya venía implementando, y reducir aranceles y trabas a la importación para que la competencia con el exterior abarate los precios de los productos caros de los vendedores locales -el almacenero don tito, hijo de puta-), pero también ser conservador en lo social, además de apoyar la "mano dura" (si los negros drogados se zarpan con el afano, plomo; lo primero es la familia heterosexual, los gays se pueden ir llendo a Holanda si tienen plata para bancarse el pasaje, si no deberán mantener la cabeza bajita y sentirse culpables por ser unos enfermos de mierda) y por último, un encendido amor hacia lo militar (con frases tipo: "tendría que volver la colimba, así los pibes no andarían por la calle rascándose los huevos" - claro, vos porque sos un taxista de 50 años y no te va a tocar, pedazo de forro). Ser de izquierda vendría por el lado del estatismo económico (nuevamente, un Estado "Robin Hood" que castigue a los oligarcas de mierda con impuestos y/o trabas a cuanto puedan hacer para enriquecerse legalmente, y protección arancelaria para la "industria nacional" que produce unas autopartes bárbaras para el Fiat 147 que sería destruída por los productos imperialistas a menor costo del exterior), un caritativismo paternal hacia los pobres y un "viva la pepa" dialoguista en cuanto a la delincuencia (apoyando que les entreguen casas casi regaladas, que tengan beneficios por estar vivos, etc; y conversar sobre la importancia de la moral pública con los malandras antes de dejarlos libres), además de una apelación a la conciencia de clase revolucionaria que debe destruir -literalmente- la propiedad privada en actos violentos de protesta a piedrazos, o simplemente agolpar masas enormes de carne ociosa en marchas y contramarchas, piqueterismo, etc.

La verdad es que en cualquier país medianamente serio del mundo, ni la derecha ni la izquierda mantienen posturas tan intolerantes y arcaicas. De hecho, en la práctica ambos estereotipos han caído en vicios similares: las dictaduras militares "de derecha" fueron algunas de las administraciones más estatistas de la historia argentina (la última incrementó el gasto público a niveles altísimos, endeudándose en dólares y realizando obras faraónicas como -entre otras- las encuadradas en los preparativos del mundial '78) y "la izquierda" se enamoró reiteradamente del rigorismo militar en las organizaciones guerrilleras, poniendo la lealtad al líder por encima de cualquier análisis racional o independiente por parte de sus miembros, enzalsando la virilidad del macho barbudo con una AK-47 en la mano y cagándose en la igualdad de género. Las coincidencias son tantas que con enumerarlas aburriría, pero sintéticamente, se basan en el caudillismo más o menos mesiánico del "hombre fuerte" (revolucionario o militar, o ambos) que pondrá las cosas en orden violentando los derechos de las minorías una a una según se las identifique como culpables de los problemas (la suma de las minorías es la población total, recordémoslo), pero siempre manteniendo el apoyo de al menos un sector del pueblo, en base a favores, caridad o la amenaza de las armas -no simultáneamente, claro-. El vehículo a través del cual el poder se ejerció (construído éste mediante el apoyo disciplinado de al menos una primer minoría de la población, vía prebenda o temor) fue y sigue siendo el Estado, especie de aparato de rapiña en el cual las redes de interes particulares negocian con una funcionalidad teóricamente pública, corrupción mediante, y bajo el lema de "las cosas son como son", nada cambia con el paso de las décadas (ejemplo clásico: se construye una ruta a precios siderales, contratando obreros locales y entregando la licitación a empresas cercanas al gobernante de turno, o si se trata de una dictadura, hasta se pueden expropiar las viviendas por donde pasará la ruta de los individuos subversivos e incluso repartirse sus hijos. Como las víctimas saben que las cosas son como son, existe un 90% de probabilidades que no sólo lo acepten -tras decir qué barbaridad! al leer las noticias en el diario- sino que traten a su vez de encontrar un resquicio para meterse y sacar provecho de la situación, ya sea mandando sus hijos al ejército o acomodándose en algún puesto burocrático inoperante, y el otro 10% se compondrá de acciones violentas de venganza del damnificado -como un escrache en la puerta de la mansión de un narco o de un ex-integrante de una junta militar- que no resuelve ni intenta resolver las causas del estado de cosas que lo perjudicó, sino los resultados particulares, los actores concretos).

Aquí, la "derecha" clama por la violación de los derechos individuales para volver al orden, y la "izquierda" se defeca en el ideal de igualdad al poner por encima de un rebaño de corderos mansitos (el “pueblo”, bah) un líder barbudo y pistolero.

En las democracias modernas, tanto la derecha como la izquierda han moderado sus posiciones acercándose a puntos en común consensuados, los que generalmente se denominan políticas de estado; que vienen a ser proyectos de largo plazo que no pueden ser completados en un ciclo político como las grandes obras de infraestructura o los cambios en el programa educativo. No se puede completar una red nacional de autopistas en 4 años, ni tampoco se pueden desplazar en ese período los contenidos inculcados durante años en las escuelas de un país; para que se lleven a término no pueden ser trabados por los gobiernos entrantes, lo cual requiere un consenso previo que se haga público, de manera que todas las facciones políticas implicadas cosechen el rédito electoral (o el costo) una vez concluído el plan. Esto es evidente: los partidos políticos son organizaciones que compiten por incrementar su cota en el sufragio y únicamente cooperarán entre sí mientras su fracción de participación sea reconocida por el votante. Cuando un partido (o un degenerado caudillo-partido, como el PJ) impone una hegemonía absoluta sobre el resto del ecosistema político, el resultado es el aislamiento, puesto que cualquier participación externa en un proyecto de ley será negada por el partido dominante en detrimento de un protagonismo supuestamente exclusivo de éste en una actitud "mezquina" pero natural dada su posición. Por eso las políticas de estado únicamente pueden establecerse en un contexto de ausencia de hegemonía, cuando las fuerzas políticas estan distribuídas en dos o más partidos con peso similar y son obligados a cooperar por las circunstancias.

Es lo que ocurre con el bipartidismo presidencialista en los Estados Unidos, y sobre todo, en las democracias parlamentarias del norte de Europa.

La moderación y el pragmatismo de los partidos de derecha e izquierda ocurre porque la menor concentración del poder y el estado de derecho imperante (esto es, un Estado que se somete y somete a sus ciudadanos al imperio de la ley, a contracara de la avivada argenta del << má si, cruzo en rojo >>) vuelve estúpida toda propuesta de cambio radical del status quo, lo cual no quiere decir que no haya cambios, pero que deben ser graduales. El gradualismo es lo que hace previsible al sistema, y la previsibilidad es lo que te permite ir a dormir a la noche con la seguridad en que te vas a levantar a la mañana. Introducir cambios es más dificíl desde el momento en que hay que convencer a la oposición política de brindar su aprobación (y ésta lo dará si reconoce que podrá obtener un rédito electoral con ello), lo cual impele a los partidos a formalizar su estructura interna y a dar más profesionalismo a sus propuestas.

En fin. Ser de derecha en un país normal es ser partidario del liberalismo conservador, que no tiene nada que ver con los palazos a los negros, el odio a don tito y la homofobia, sino con una interpretación clásica (del siglo XIX digamos, cuando la mayoría de las constituciones modernas fueron compiladas) de lo que constituyen los derechos individuales y los límites del Estado. Es estar en contra del estatismo (subsidios, aranceles, protección preferencial a ciertos sectores considerados "vulnerables" o "débiles") puesto que "sacar dinero de un bolsillo para introducirlo en otro" resultaría una violación del derecho a la propiedad privada (según una interpretación clásica, claro está). Y desde luego, privilegiar la libertad de mercado como medio para alcanzar un funcionamiento armónico y lo más equilibrado posible de la actividad económica (esto puede resultar un anacronismo, y en gran medida lo es -está claro que las desigualdades crecen o mínimamente no se reducen en un mercado totalmente libre- pero tampoco está claro que siendo negada la libertad de mercado se cumpla la condición recíproca: los utenianos asistimos a una universidad de alta calidad, gratuita, pero la misma mano del gobierno que nos lo permite es la que gasta de más y provoca una inflación tremenda que se come los ingresos de nuestras familias: alguien podría preguntarse si no sería mejor pagar por ir a la UTN y que los alimentos y otros víveres costasen menos).

Ser de izquierda es ser partidario de un liberalismo social, o de la socialdemocracia, que nuclean una concepción de los derechos humanos ampliada, que garantice una igualdad de oportunidades más allá del origen social particular que tenga cada ciudadano; y de atribuciones expandidas para el Estado al relgamentar la actividad privada en defensa del interés público. Se trata de una posición enfática sobre la salud y la educación públicas, gratuitas y de calidad adecuadamente financiadas (esto es, con un nivel de impuestos acorde a los servicios prestados), y sobre la constitución de un aparato regulatorio eficaz sobre el sector privado, que establezca estándares de operación que protejan a los consumidores, y a los productores de la competencia desleal. Tampoco se está a favor de un Estado gigante e intervencionista, simplemente se trata de un rango de acción más importante que aquél al que se lo restringe desde el liberalismo conservador. En lo demás, el mercado debe actuar lo más libre posible de las políticas discriminatorias que pudiesen adoptarse desde el mismo Estado.

Así pues, la derecha y la izquierda en un país normal simplemente representan formas más o menos pronunciadas de un modelo común, que es económicamente mixto (mercados relativamente libres y un sector público de dimensiones e injerencia variable dentro de ciertos límites) y políticamente democrático (ya sea presidencialista o parlamentario). El hecho de que las diferencias no sean irreconciliables permite al sistema oscilar -dentro de la dinámica gradualista mencionada- alrededor de posiciones de equilibrio, con idas y vueltas, siempre con un horizonte de previsibilidad donde no hay posibilidades de que se vaya todo al carajo en dos semanas.

En fin, no vivimos en un país normal-

miércoles, 16 de junio de 2010

Mala Leche

Todo pasa.ese es el problema. Alguna vez se pusieron a pensar.. Por que ASI ?
porque no de otra manera ?
Porque las cosas se van a cualquier lado, porque uno tiene esa "mala leche" impregnada?. Que te sigue a todos lados. Que parece que se esfuerza por cagarte la vida.. Cagarte ? no. Seria peor. Solo te jode lo suficiente como para que lo sufras. Ese punto "que te duele", que te afecta, y te lleva a estar, desde el vamos que te levantas a la mañana, con cara de ojete malhumorado. Te da vueltas en la cabeza. Pensas en como se dio todo. Porque, la mejor respuesta, se te ocurre despues ? Cuando ya es tarde ? Porque (lamentablemente) no se puede volver atras (aun). Y lo dicho, dicho esta. Y peor, lo NO DICHO, no esta. Te quedo esa espina. Clavada en el cuello, molestandote, siguiendote a donde vayas.
Claro, uno puede "sacarla", y tirarla cuando quiere, pero ojo. Cuando supo ser de una rosa y ser linda, ahora la espina pincha. Es una ¿carga?. Una ¿mochila?.
Todos (creo) tenemos eso. Ese quiste que te quedo sin operar. Esa comida atragantada. Ese pibe/a cruzado.
Solo es cuestion de tiempo de que pinchemos a quien corresponde.
O de que nos pinchemos nosotros.

jueves, 10 de junio de 2010

Flashback

Jueves. Día largo si los hay, pedazo de granito monolítico que se alza tratando de bloquear cualquier acceso al pasadizo del viernes que te lleva hacia la luz del finde; sólo que en este caso se trata de dos clases seguidas en Luganoville (o mejor, Luganobyl) con un breve interludio entre las 12:30 y las 14:15 durante el cual deberías comer la Honorable Comida del Buffet Oficial del Comité Central del Partido Franjamoradista como todo uteniano "como la gente" hace mecánicamente y sin chistar (si no, sos disidente y te cabe el Gulag o capaz te mandan a re-educarte en las virtudes del partido único). Más allá de toda esa mierda que huele pero no tanto (no despertemos a los colorados de barba que con la euforia del mundial deben estar más atrevidos que de costumbre), el día llega a su fin a las 18:00 hs., momento en que salís de las mazmorras frías y cavernosas para respirar el aire puro (y helado) de Zona Sur.

ES ENTONCES cuando te embriaga una sensación de cansancio indescriptible, apenas tu espalda toma contacto con la butaca (aunque tu espalda esté a 30 cm del cuero, te tirás para atrás y estas a 15, después a 7,5 y así sucesivamente, pero nunca la tocás más que con la helping hand del límite de una serie). Haberse despertado a las 6 de la mañana para ir a la loma del orto a estudiar cosas que todavía no vislumbrás para qué te van a servir, erosionan la capacidad para mantener la vigilia de cualquier persona. Este puede ser un tema recurrente en mi (etiqueta para futuro psicoanálisis) pero es fundamentalmente cierto: la mente de un uteniano promedio luego de 10 horas de estar dentro de la covachosa facultad deja de funcionar correctamente, pasándose a un estado de zombie ambulante en el cual el cerebro pide dormir y mezcla la realidad con las elucubraciones inconscientes -con resultados frecuentemente catastróficos pero hilarantes para la manada de pibes esperando el bondi, como pisar en el aire al subir la escalerita del 47 y terminar besando el asfalto-.

Retomando, el resultado de la acción potenciada de la butaca tibia del fondo del colectivo, esa misma en la que te cagás de calor en verano y te impide escuchar música con los auriculares por el escatológico quilombo padre del motor diesel a unos centímetros atras tuyo, ese mismo lugar se convierte en el mejor sustituto potencial de una camita. Y apenas cerrás los ojos estás en el horno, porque tu irresponsable cerebro lúdico dice POR FIN LOCO, ESTA ES LA MÍAAAAA!!!!! y te quedás dormido con gorda o sin gorda a tu lado, aunque el conductor sea un analfabeto vial que se coma todos los baches, aunque el nene sentado adelante tuyo se tire un par de pedos, te los fumarás, porque nada detiene ese sueño de las 18:30 - 19:00.

...

LA INCLINACIÓN de tu asiento cambia, sentís un cambio en la gravedad, o simplemente tu mente respiró lo suficiente como para dejarte seguir adelante, como sea, te despertás cuando el bondi sube a la colectora de la panamericana. Ahi te das cuenta (lentamente al principio, después la idea va cobrando fuerza, y en última instancia resonando el "te quedaste dormido boludo" en la parte de atrás de tu cabeza) de que tu parada habitual quedó bastante atrás. No hay nada que hacer, así que por qué seguir dandole vueltas. Tenías sueño y te dormiste. Hace un frío de cagarse y alargaste el sufrimiento varias cuadras, también.

Empezás entonces la -ahora expandida con todos los chiches- vuelta a casa desde la parada, viendo como van y vienen las luces de los autos abajo tuyo, con un vientito helado que te enfría el culo e inexplicablemente logra colarse en la comisura entre el pantalón y la camiseta que tenés abajo del buzo o campera, desencadenando un escalofrío trascendental con movimiento de hombros incluído. Metés el cuello lo más posible adentro de la campera tratando de crear un hornito que haga las veces de campo de fuerza anti-frío, exhalas adentro del abrigo para reciclar el calor, las manos en los bolsillos con cierre cerrados hasta tocar la muñeca, en fin: le metés pata para llegar a la Tierra Prometida en donde te espera un divino café con leche.
Es entonces cuando te das cuenta que el camino que elegiste para volver es el que hacías cuando estabas en la primaria.

LO HACES MECÁNICAMENTE, porque nadie te mandó por ahí (ni siquiera lo pensaste). Mirás las calles oscuras, desiertas, los árboles que se mueven con el viento, la penumbra amarilla de la lámpara de mercurio del poste de la esquina, el misterio que se eleva de las profundidades de la noche, y no podés evitar evocar imágenes de una noche de bufanda. Te entra una especie de sopor contemplativo de las imágenes a tu alrededor (retomando en parte el estado intermedio entre la vigilia y el sueño que te acompañó casi todo el día), y entre medio de ese trance silencioso que acompaña tu marcha se suman los recuerdos de tu niñez de barrio como una presentación de power point desquiciada. Pisás las baldosas donde comiste helados de agua a 10 centavos de peso-dólar en 1997, donde rompiste pantalones jugando a la pelota (el gordo al arco, y yo era uno de ellos), y también donde le diste tu 1º beso a una rosarina que ni siquiera te gustaba. De pronto, despelote: la crisis de 2001, los finales del dino crisis, la inexplicable emoción obsesiva de los pendejitos por el juego de la copa en el último año de la primaria, todo forma un remolino pegoteado del cual es difícil establecer una secuencia clara en el tiempo. La entropía de esos años hizo el trabajo.

Cavilando, extrañamente melancólico por los recuerdos de épocas turbulentas pero infintamente mejores (la mayoría de la carga iba a tus viejos, no es que no hubiese quilombos merodeando entonces, claro está). Algún día tienen que volver. Acabás de tener una experiencia de recuerdos vívidos, cercanos, provocada por el trance de la noche, el viento, la bufanda y la total vacuidad de las calles, y el sabor amargo de boca al volver a la aburrida rutina se pasa como un vaso de vinagre. Vida de mierda, valorás los momentos cuando ya no hay vuelta atrás.

Llegaste al fin. Pero tu mano inquieta en el bolsillo no va a encontrar la llave: te la olvidaste man.

Pero eso es otra historia

viernes, 4 de junio de 2010

Un dia en Kosovo

Suena. Sueeena.. Y para cuando te diste cuenta, ya es tarde. Se te fue el tiempo. Corres, te atragantas todo a las apuradisimas, porque no llegas. Se te fue el tren, el colectivo. y asi arranca otro dia mas..
Renegas, renegas por como te salen las cosas. Venis de malas, y terminas en peores. Por que ? a que se debe la mala vibra ?
Una vieja amiga supo decirme "Tus problemas tiene apellido y nombre".. y asi comienza
Corres, se te va el (otro) bondi, subis, viajas colgado cual mono de la selva. Luchas como un infeliz para pasar atras, asi por lo menos no estas colgado de la puerta. Es el momento, tu teoria se verifica: La humanidad es ESTUPIDA increible. Porque (alguien puede explicar?) la gente se para en el medio del colectivo? Llegas atras y hay tanto espacio que te tiras al suelo y armas un picnic si queres, te quedas a vivir o te echas una siestita.
Claro, se nota que evolucionamos de los monos, en cuanto uno se aviva van todos los idiotas pasajeros atras. Ahi perdiste los lugares posibles para dormir/sentarte/loquesea.
La ves venir, lo ves a el preparandose.. Oh no, sisisis... La vieja de mierda señora mayor se para AL LADO tuyo, y en ese preciso momento, cual reloj programado de tu vida, el sentado se levanta, y la señora te mira con cara "soy mayor, cedeme el asiento". Pero ni siquiera espera que se lo cedas, pues nomas que la miraste y se movio quien estaba sentado, la vieja de mierda señora se abalanzo sobre el asiento.
Claro que hay peores. No hay peor que el/la pendej@ del orto que esta a 30 años luz de donde estas (exageradisimo) y ve que el que esta sentado cerca tuyo realiza movimientos preliminares de "me voy a bajar". Y SOLO para molestarte, se te acerca volando, pensando "AJA ! un asiento". Claro vos, minga que se lo das, es TU asiento, y aplicas la tactica para sentarte seguro, bloqueandole el paso. En cuanto estas por apoyar tu comodo culo cuerpo en el asiento, se escucha un grito "EY NENE, PORQUE NO LE DAS EL ASIENTO A LA SEÑORA, QUE VIAJA HACE MEDIA HORA PARADA?"
Claro, no la viste, pero tampoco se acerco. Y en realidad solo te deja mal parado. Para cagarte nomas. No se sienta el/ella, pero tampoco uno mismo. Ademas de la verguenza nacional en la que te deja parada "OH, como no le cede el asiento, que chico desubicado"
Aspero. Aspera la situacion, como te cag@ de lo lindo. Friamente calculado, para que te sigas bancando estar de pie en ese viaje de 45.000 horas hasta el fin del mundo, donde te tomas el tren hasta el otro extremo del mundo.
La cabeza te da vueltas, vuelta y vuelta, por que ? Se te mezcla todo. Ella, la facu, la familia, el reci, el laburo.. y me sorprende el orden en que escribi las cosas (!).
Llegas tarde, no te importa, ya sabes que al pedo vas, porque no haces mas que apollar la coyuntura de tus 2 piernas con la espalda (? en ese asiento, y instantaneamente, como programado y sin errores, apoyas la cabeza en el banco. Sabes que no te perdes nada, pero sabes que te perdes todo si dormis, si olvidas, si desconectas un rato la tele (?
Te mudas; escalera de por medio, llegas a esa 139, monotona sin cortinas, pero con una vieja desquiciada profesora bastante original (? que por hablar ingles, habla con la "S" a lo gallego. Repetis el procedimiento; es esos dias que sabes que no te perdes nada, pero justamente, te perdes todo por unas horas, y olvidar es dificil sin extasis mediante (?
Largo regreso a casa, la mesa en este caso se convierte en un vidrio del OGT de la ventana que se la pasa vibrando, te golpea la cabeza, te hace rechinar los dientes, un asiento todo doblado, una ventanilla con agujeritos donde te entra todo el viento y a la vez te da el sol, una combinacion rara y grotesca. Llegas a casa, y CLARO, que mejor que un poco de (mal) humor con la madre (?
Que hace esto, que no entiendo esto (cosa que le explicas TODOS los santos dias, casi como una misa diaria). Mejor omitamos esa parte, vidas correrian riesgo en ese caso (?
Un dia desganado mas, de aqui para alla, este Kosovo que tengo en la cabeza y no me deja pensar.
Terminas trasnochando aun mas, volcando tus ideas en un bloc de notas, que espera en blanco, con "Sin titulo" aunque hace dias que lo tenes grabado en la cabeza. Que necesitas abrir y desparramar en algun lado. Y la.. ¿Irresponsabilidad? se apodera de mi, o simplemente la mente vuela en otras cosas.
Creo que probe la marihuana sin querer (???
O por lo menos, sus efectos placenteros (el volar) y los no tantos (adonde va lo que se conocia como mi "vida" ?) se apoderaron de mi ser. Te envuelve y te engolosina, y no sabes si seguir o querer largar todo al mismisimo carajo.
Inspiracion ? 0%. Ni siquiera pude mantener una linealidad de lo que escribi.
Realidad ? 90 %. Pero no tuya, ni tuya ni de el/ella/ellos. Sino la él. La de quien vive en nosotros. La de quien escribe las lineas.
el otro 10 % ? nose, uno de pelos no-lacios me supo decir que la tragedia vende mas (?


De fondo mientras tanto, me sono Dark side of the Moon. Me supo desconectar un rato. Lastima que se acaba el ultimo tema, y que tengo que acostarme, sino mañana..
Suena. Sueeena... y para cuando me di cuenta, ya es tarde, una vez mas.
Hola rutina.

martes, 1 de junio de 2010

Frío

De qué hablamos? del tiempo? Esto recién empieza y las ideas cotizan alto (o sea que estoy menos inspirado que una baldosa).

La alusión al clima no es casual. Hoy está haciendo realmente un frío de cagarse y todos sabemos (no digan que no porque sería una mentira, es de puto hacer eso) que el efecto del frío sobre un vientre que acabó de llenarse es una aceleración neta de la digestión con tendencias diarreicas (la frase "frío de cagarse" no es casual, aclaro para los boludos que tienen tránsito lento- término de puto si los hay). Esto desde luego no representa un problema para los vagos de mierda que no salen de su casa -ocupados en rascarse los huevos colorados de tanto puñeteo de verga-, pero para quienes viajamos largas distancias usando el siempre puntual bondi, las ganas de cagar pueden significar la entrada en un pánico silencioso al tiempo que cae por la frente una lluvia de gotas de transpiración.

Hablar del tiempo es un arma de doble filo. Cuando te tomás un remo a las 4 de la mañana saliendo de La Cava donde vive tu amiguita que por razones inexplicables, paranormales, decidió establecer su hogar a dos cuadras del mayor mercado de pasta base de zona norte, existe un 90% de probabilidades (Harvard University, 1978) de que le digas al pelado a tu izquierda algún comentario sobre el clima. Es que el temor a que salte un negro con guadaña en la próxima esquina tiende a provocar un bloqueo en las sinapsis de la corteza cerebral, lo cual deriva en una primitivización instantánea del vocabulario que lleva a pensar en temas como el frío o el calor, el hambre, las ganas de cagar o de coger. De hecho existe un 9% de probabilidades que hables sobre la mina que te chapaste en la casa de tu amiga, y alrededor de un 1% que le propongas al pelado poner mita y mita para irse de putas.

En fin. Hace frío, la cama invita y mañana tengo parcial de química inorgánica. Mono out.

lunes, 31 de mayo de 2010

Adonde vinimos a parar

Uh. Un blog. La idea venia hace rato, falto materializarse, y henos aca. Con my friend el Mr monkey (? se nos dio por cambiar el mundo (? y aca 'tamos.
No hace falta presentaciones: si nos lees, ya nos conoces, y si no, mantengamos el anonimato por cuestiones de seguridad nacional (?
Nose de que vamos a escribir. Nose si lo vamos a actualizar o bla, esta es una introduccion asi nomas, al boleo, en una noche de dibujo tecnico que, evidentemente no estoy haciendo :D
Por que Dr. Friedman ? En honor al capo (pfff) que nos llevo a estudiar en neustra querida (pfffffffffffffffffff) UTN (como nos cag.. hdep jajaja) asique habia que escracharlo nacionalmente.
Y si no, para darle un touché de mistica, somos el "Hombre Fried" como le digo, o "El hombre frito" como le dice el mono. El puede traducir porque tiene el First y esta habilitado, yo soy el gil que no da ingles libre (??
Por mi parte me presento asi nomas, me dicen el viejo, y nada, si nos leen mas de 3 personas ya seria un golazo jaajaj
Como pequeña introduccion, como surgio la idea de un blog ?
Simple: me cruze con una idiota descerebrada en la utn ---> texto al mono "bldo vi a XXX (no es una porno huevones) en la UTN, esto se va al carajo!"
y se vino una cataratas de insultos, pero no LPQTP, o LCDTRM, sino esos "de nivel" y cuasinazistas, con lo que tiro toda la onda (? de escribir eso aca, en interne'. Claro, se nos desvirtuo en escribir.. cualquier cosa.
Y que asi sea :)