Manifiesto Friedmanista



Dr. Friedman
es un personaje mítico, una leyenda urbana, un rumor que trae el viento, un chajá que dice "chajá" pensando que le vas a afanar los pichones. Está en todas partes: desde la mancha de café con leche en tu cuaderno de apuntes, hasta el doblés blanquito de ese boleto de subte enterrado hace años en el bolsillo de aquella ochentosa campera flúo que ya no usas. Es la esencia filosófica detrás de la pelusa del ombligo, la fuerza que mueve a Yoda a hablar al revés.

Pero sobre todo, está ahí cuando gritás al viento "LA PUTA MADRE, PORQUE TODO ME PASA A MI?"

No solo te paso a vos. También nos paso a nosotros. También le pasó a ÉL.

miércoles, 19 de junio de 2013

Soft topic

Qué cosas son negociables en una relación, amorosa o entre pares?

No somos iguales. Desde las historias personales hasta las jerarquías de valores, pasando por los gustos y las pasiones, los seres humanos nos caracterizamos por tener personalidades tan diversas que raramente encontramos conductas similares entre nosotros. Y cuando las hallamos, de hecho, nos da gracia o nos enamoramos (si la sexualidad, también diversa, acompaña la asociación entre afinidad y atracción carnal).

Esto que describo a vuelo rasante resulta, desde luego, un proceso extremadamente complejo -el día que la psicología desarrolle un modelo matemático preciso sobre el cortejo y los vínculos de amistad entre humanos les pido que me peguen un grito hacia donde esté mi tumba- pero si se me permite adoptar por una vez una perspectiva maniquea nadie me dirá que no es cierto: no podemos relacionarnos con otros individuos cuya compañía nunca hayamos disfrutado, y para que dos o más personas disfruten de su mutua compañía deben tener algo en común (en principio, aquello que los hace disfrutar la situación que los reúne).

Pero es un hecho que la comunidad de intereses o a complementariedad de gustos tiene límites. Del otro lado de la frontera, lo que existe es la diversidad de criterios a la que hacía alusión al comienzo, diferencias que cuando se perciben pueden acabar generando incomodidad. ¿Acaso no confiaba plenamente en la otra persona? ¿No sentía que podíamos hablar de cualquier cosa, discutir cualquier problema, confesar cualquier fantasía íntima, y que el otro reaccionaría de manera predecible, cálida, recibiendo el mensaje como quien ya sabe lo que va a venir? ¿No era su respuesta también predecible y tranquilizadora?

Pues cuando las respuestas no son predecibles ni tranquilizadoras, uno puede sentirse momentáneamente frente a un extraño, y eso puede provocar el levantamiento súbito de todos los mecanismos de defensa psicológicos que hacen de escudo frente a los desconocidos con los que intercambiamos palabras cotidianamente. El cambio súbito de la tibiez de la intimidad al frío de lo ajeno puede ser muy estresante. Metafóricamente hablando, se trata del levantamiento de las "máscaras" o "velos" que cubren el devenir de nuestro pensamiento íntimo y que habíamos dejado olvidados en el suelo; como detalla Herbert Lom al disponerse a hipnotizar a Ann Todd en este film de los años '40:


Situaciones como estas son fuente de "alejamientos" entre las personas, frecuentemente irreversibles. La cultura popular lo ilustra claramente al relatar la historia típica entre dos enamorados: la primera etapa, al conocerse, está llena de aventura y seducción al ir descubriendo palmo a palmo que el otro tiene lo que uno desea; la segunda, al concretarse el primero y subsiguientes encuentros sexuales, muestra el clímax de la idealización entre los dos amantes que se han conectado de la manera más íntima posible; y finalmente la tercera, cuando la pasión decrece y las diferencias reaparecen, se recobran los mecanismos de defensa propios de la condición de "extraños" y la relación persiste por la insistencia de alguno de los dos participantes en poseer la atención del otro (aunque no sea más que una cuestión de orgullo malsano). La mayor parte de las sitcoms que encuentran como fuente de humor una pareja de casados -bien entrados en la tercer etapa del ciclo- se basa en la identificación del espectador con alguno de los cónyugues, cuyas peleas pueden carecer de sentido para un niño prepúber pero que a cualquier adulto le causarán gracia.

El punto es, quizá, que nos suele costar definir aquello que no es negociable de lo que sí lo es en una relación, y la génesis de ese problema está en que no es parte del sentido común que la compatibilidad total entre dos personas es un hecho imposible e indeseable. Cuando se asume que siempre habrá una porción de la personalidad de cada uno que nos volverá "extraños" a los ojos de todos los que nos rodean, entonces uno puede naturalmente extrapolar esa idea a los segundos, y se puede concluir así que habrá ciertas conductas en los demás que jamás compartiremos. Es la labor de cada uno trazar la línea de aquello que tolerará como ajeno en el otro*, y qué cosas quedarán del otro lado de la línea, porque abrazarlas implicaría admitir diferencias irreconciliables o una constante incomodidad para conversar o cerrar la puerta del cuarto y meterse a la cama.

Desde luego que la línea se trazará con un escobillón en la arena de la playa antes que con una pluma a tinta en un pergamino: es demasiado ambicioso proponerse un filtrado riguroso de las personas con las que uno se relaciona tratando de detectar incompatibilidades flagrantes sondeando sus opiniones, valores y deseos. No sólo es ambicioso: es propio de un lunático. Pero considero que podría servir como guía en la niebla, y por eso heme aquí escribiendo.

Aunque nadie duda de mi salud mental más que mi elefante rosado, Winky

(*) Es un dato anecdótico, pero creo que la ascendencia latina y judía de la mayoría de la población del país explica por qué es mal visto incluso en el seno familiar que haya una porción de la personalidad de cada individuo que sea privada, y que esté fuera del alcance de aquello que se puede compartir con los restantes integrantes de la familia. La privacidad no es un valor, sino que más bien tiende a generar la idea de que "en algo raro andará este muchacho/a" en las cabezas de nuestros pobres viejos.

2 comentarios:

  1. Siento que en las relaciones muchas uno no debate estas cosas de antemano por la misma naturaleza de una relación (y quizas un sentido de practicidad - hasta no saber que te enganchaste con alguien no tiene sentido preguntarle cosas que para vos son un "deal-breaker").

    En un sentido uno es llevado hacía una "meta-negociación". Esto en mi experiencia, muy pocas veces se cumple y se asume que dicha negociación esta implícita.

    Acordar de antemano que cosas son negociables y cuales no en una relación es algo que raramente ocurre.
    Muchas veces uno termina hablando de eso cuando ya esta "con un pie adentro de la relación". No digo que no sea válido pero a veces trae problemas.

    El resultado de esto, como cabe esperar es que al toparse una de las partes con algo no-negociable(*) por pensar que todo el mundo debería opinar como uno y que las opiniones contrarias son propias de locos, herejes o simplemente gente incapaz de ver "La Realidad" (**) la pareja se termina peleando, como era previsible.

    * - como por ejemplo los planes de formar una familia o ser una pareja sin hijos por toda la vida.O incluso desaveniencias sobre como criar a los hijos debidas a diferencias de opinion adentro de la pareja misma:
    ( http://www.youtube.com/watch?v=n_wkCUxOuiM ).

    ** - Creo que es harto obvio que "La Realidad" (notese el uso de las mayúsculas) a la que aludo aca no pasa de una convención dogmática sin valor objetivo alguno.

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  2. Ahora me puedo agrandar y comentar desde la experiencia (?)


    estas cosas deben charlarse.
    Como bien decis, el hecho de esperar que el otro asuma lo mismo que uno no está bueno y puede prestar a confusion ("el sentido comun no es comun")

    Tambien hay que saber encarar el asunto, porque algunas cuestiones pueden ser delicadas, y "como me vas a preguntar eso?"

    creo que la mejor manera es ir tanteando, y cuando se de, recien, y sea necesario, sacar el tema a flote.

    Mientras no sea necesario, mientras no te aporte conocimiento a ningun punto de la relacion, asumilo como quieras

    luego vas viendo


    estas cosas salen solas, y van construyendo eso tan dificil de encontrar hoy en dia, la confianza

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EH WACHIN, comentá acá abajo si no quere' q pele fierro'