Manifiesto Friedmanista



Dr. Friedman
es un personaje mítico, una leyenda urbana, un rumor que trae el viento, un chajá que dice "chajá" pensando que le vas a afanar los pichones. Está en todas partes: desde la mancha de café con leche en tu cuaderno de apuntes, hasta el doblés blanquito de ese boleto de subte enterrado hace años en el bolsillo de aquella ochentosa campera flúo que ya no usas. Es la esencia filosófica detrás de la pelusa del ombligo, la fuerza que mueve a Yoda a hablar al revés.

Pero sobre todo, está ahí cuando gritás al viento "LA PUTA MADRE, PORQUE TODO ME PASA A MI?"

No solo te paso a vos. También nos paso a nosotros. También le pasó a ÉL.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

That's posmo show!

Qué es ser feliz? Parece una pregunta simple, evidente, boluda si se quiere; uno evoca la sensación y automáticamente la interrogante planteada parece el fruto de un acto de infantil ingenuidad, una frase que únicamente podría salir de la boca de un nene con las rodillas embarradas y la cara cachetona sucia de chocolate.

Lo mismo podría pensarse si uno preguntase: ¿Qué es el rojo? ¿Qué distingue al rojo del verde? ¿Qué es la nada?

Se trata de cuestiones básicas, pilares de los cuales pueden derivarse otros conceptos como la nitidez, la saturación, la dimensión, la angustia o el placer. Uno no piensa en tales preguntas, no se plantean: simplemente se aceptan como verdades evidentes que se reconocen por la experiencia. Y es así -por la experiencia- como sabemos qué es el rojo y qué lo distingue del verde. O al menos eso creemos.

Haga la prueba: trate de definir "rojo" sin usar la palabra color ni el nombre de cualquier otro color en particular (como el verde). Eso sí, abandone la idea de una respuesta elegante o simple, o de unir el concepto al proceso físico que lo desencadena: el "rojo" no es una radiación electromagnética (un tipo de luz), sino que la interacción de tal radiación con la retina es la que genera la sensación de "rojo" en la corteza cerebral. El "rojo" es una percepción humana, un atributo virtual, no un objeto real.

La felicidad será también una percepción humana, subjetiva, una reacción personal independiente frente a una realidad imparcial? Puede que sí, pero al ser uno mismo un ser humano la respuesta quedará indefinidamente en tinieblas. Parece ser que hay motivos para ser feliz o no serlo, es decir, la realidad puede ser generosa o tacaña en cuanto al éxito personal (todo quien haya conocido la frustración de esforzarse para conseguir algo y no obtenerlo sabe que la voluntad no lo puede todo, que hay cosas que dependen de la suerte) pero también puede que tales motivos no existan más que en la mente de cada uno. Es posible que nuestra cabeza recuerde selectivamente ciertos hechos y olvide otros, y que la frecuencia de eventos agradables recordados con respecto a los desagradables (recuerdos independientes del capricho azaroso del universo) determine lo que llamamos suerte. Y en consecuencia, de esa esquiva sensación de felicidad.

No creo que haya una respuesta definitiva, pero pensar en la felicidad (o en su falta) como una cuestión subjetiva, anímica, puede ayudar a relativizar internamente las teorías conspirativas de "todo el mundo está confabulado contra mi" y "todos tienen a alguien menos yo" que tienden a asomarse en momentos de depresión. Esto es importante porque la mala suerte es motivo de charla, pero la buena no: todos echamos culpas al mundo por los fracasos, pero los resultados satisfactorios los atribuímos a nuestro esfuerzo o capacidad innata, no al azar.






El cuadro queda completo (aunque sin conclusiones, que no las hay): ni la mala suerte es culpa de la ingratitud del mundo, ni la buena suerte es un invento de los envidiosos de nuestro éxito, sino que siempre se pasan por alto razones para sentirse realizado -tanto como el azar influye poderosamente en que existan motivos para sentirnos felices-.

4 comentarios:

  1. Muy copado mono. Sin ofender, pero me gusto mas este estilo tuyo que lo escribiste sobre, poneele.. economia :P jajajaja
    asi, soltate negro, aunque parezcamos unos depresivos del ojete XD kjajajajaaj
    2 preguntas de ignorante:
    - no entendi el titulo
    - No entendi kiko q tiene q ver wtf xD

    me gusto mnucho, posta, muy copado. Para reflexionar un rato.
    Un abrazo

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  2. Viejo, bienvenidas las críticas.

    Respondo sus preguntas:

    a) El título hace referencia al formato y tema de esta entrada, que contrasta con (mis) anteriores posts. "Posmo" es un apócope de "posmoderno" que es esa corriente New Age que se puso de moda en las últimas 2-3 décadas en todo el mundo, y que se centra en una relativización de todo, gran conciencia de la espiritualidad en el destino del mundo, desprecio por el rigor científico y la noción de "progreso", etc. Para más detalles, http://es.wikipedia.org/wiki/Posmodernidad

    b) Kiko surgió como ejemplo de "nene con las rodillas embarradas y la cara cachetona sucia de chocolate" que menciono en el primer párrafo. Aunque después me pareció que quedaba bien y lo dejé.

    Salutti

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  3. Verdad.
    Muy bueno mono. Y lo que comento el viejo sobre que parecen depresivos: al princio parece depre, pero te engancha y despues llega a un buen punto. Onda no es depresivo, es una reflexion (muy buena). Me gusto esa de los colores comparada a la "definicion" de felicidad que depende de la percepcion.

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  4. Gracias por tu contribución, Angie. La idea era mostrar un camino para relativizar las "causas" de la felicidad, porque tanto en momentos de gran éxito como en los de depresión se suele pensar en blanco y negro (atribuyéndose uno todo el crédito de los logros, y toda la culpa al resto del planeta por los fracasos).

    Espero (esperamos) verte más seguido por acá.

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EH WACHIN, comentá acá abajo si no quere' q pele fierro'